Hay muchas causas que pueden provocar la aparición de un ojo seco.
Para poder entenderlo mejor vamos a clasificar los factores que influyen en la aparición de ojo seco en varios tipos.
La excesiva sequedad ambiental afecta a los ojos, que necesitan unas condiciones de humedad determinadas para que el film lacrimal permanezca estable.
El aire acondicionado y la calefacción disminuyen la humedad del aire y hacen que los ojos se resequen y se resientan. También los climas secos (continentales) y el exceso de viento afectan negativamente a los ojos.
La contaminación por el tráfico y la industria de muchas ciudades y determinados ambientes de trabajo donde hay presencia de polvo, partículas en suspensión, etc. pueden perjudicar a nuestros ojos y generar un problema de sequedad ocular.
En circunstancias normales el parpadeo es un movimiento reflejo del ojo que permite que la lágrima se renueve cada 4-5 segundos. Esto es necesario para mantener el equilibrio de la lágrima, que le permite realizar su función de limpieza y lubricación del ojo de una forma adecuada.
Cuando fijamos la vista en la pantalla de un ordenador o de un teléfono móvil, cuando miramos la televisión durante mucho rato, o en caso de lectura prolongada, fijamos la vista durante un período largo de tiempo en un objeto cercano y la frecuencia de parpadeo disminuye. Esto afecta a la calidad de la lágrima y a su correcta distribución, provocando fatiga visual digital y síntomas relacionados con el ojo seco.
El ojo seco puede aparecer porque exista un mal funcionamiento de la película lacrimal.
Básicamente se puede distinguir un ojo seco lácrimo-deficiente, cuando hay una disminución en la producción de lágrima o un fallo en su transporte y un ojo seco evaporativo, cuando hay un mal funcionamiento de las glándulas de Meibomio (que contribuyen a la formación de la capa lipídica del film lacrimal) o se produce una alteración en el cierre completo de los párpados que altera la correcta distribución de la película lacrimal.
Los trastornos hormonales y los cambios fisiológicos asociados con el envejecimiento, pueden predisponer a padecer ojo seco.
Hay enfermedades, como el Síndrome de Sjögren (con sequedad también en boca y otras mucosas) y la artritis reumatoide, que tienen como consecuencia la aparición de ojo seco.
El abuso de colirios vasoconstrictores puede acarrear problemas de sequedad ocular. Hay otros fármacos y tratamientos que también tienen como efecto secundario la aparición de ojo seco: la aplicación de radioterapia, la cirugía refractiva y ciertos antidepresivos, ansiolíticos, diuréticos y antihistamínicos, entre otros. Otro factor de riesgo puede ser el uso de lentes de contacto.